domingo, 17 de mayo de 2020

UN COLAPSO SANITARIO


El frágil sistema de salud que tenemos los hondureños, es uno de los factores mas vulnerables ante la situación del COVID19 en el país. Puesto que, no se da abasto para la cobertura y asistencia con enfermedades como el dengue, mucho menos, habrá condiciones para contrarrestar un brote prolongado como el que se espera de esta pandemia.

Entre el año 2019 y lo que va del 2020, se han registrado más de 180 muertes a causa del dengue, según lo informó el viceministro de Salud, Roberto Consenza. Evidentemente, las medidas sanitarias implementadas no han sido eficaces para contrarrestar el aumento de enfermos, así como también, los presupuestos en medicamentos e indumentaria hospitalaria.

Estas enfermedades tienen tratamiento, en comparación al nuevo virus que está prolongándose cada vez más en el territorio hondureño, entonces, es lógico pensar que, si el sistema de salud no posee la capacidad necesaria para tratar enfermedades que son remediables, tampoco la tendrá para combatir el COVID19, ya que este virus requiere de indumentaria medica precisa que en los hospitales del país no hay. 

 La pandemia, llegó a Honduras y encontró al sistema de salud, con un tan solo laboratorio equipado para realizar las pruebas requeridas a los sospechosos de este virus, un reducido equipo de bioseguridad, alrededor de 50 unidades para cuidados intensivos y menos de 500 camillas para los hondureños que den positivo en los test, todo esto a nivel nacional.     

Si bien, existe un presupuesto aprobado por el Congreso Nacional de 420 millones de dólares, bajo la Ley Especial de Aceleración Económica y Protección Social frente a los efectos del Coronavirus (COVID19), con el cual las autoridades “pretenden” abastecer los hospitales y crear más de 90 espacios factibles para la contención, aislamiento, seguimiento y tratamiento del COVID19, así como, la contratación de personal médico.

Sin embargo, esto deberá de verse plasmado en hechos, por lo que la incertidumbre de los hondureños ante un gobierno, el cual su notoria característica ha sido el robo y la corrupción, crece aún más.

En conclusión, el número de personas infectadas por el Coronavirus sigue aumentando y ante ello, nuestro sistema de salud enfrenta un probable colapso sanitario. Esperemos, que el gobierno implemente las medidas necesarias y realmente cumpla con su la labia de politiquería e invierta ese presupuesto en el decadente sistema de salud y dejen de interesarse en hablar el acostumbrado idioma del “poder”, para empezar a preocuparse por esta nación y así para no verla morir.

 


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