martes, 19 de mayo de 2020

La corrupción no necesita tapabocas


La pandemia del COVID19, sigue avanzando en Honduras, cada día son más los casos de personas contagiadas y las muertes, así también, las denuncias de los ciudadanos a través de diversos medios de comunicación, en donde, personal médico ha expresado su inconformidad en cuanto a la falta de suministros, indumentaria médica y equipo de bioseguridad, cosas que ya deberían de haberse abastecido tomando en cuenta el millonario presupuesto aprobado por las autoridades.

Por estos hechos y por la terrible trayectoria de corrupción evidenciada a lo largo del prolongado mandato de Juan Hernández, es que se pone en duda, si los fondos asignados fueron, hasta el momento, utilizados para lo que realmente está establecido en el plan de emergencia.

Hasta ahora, el gobierno, ha gastado o invertido 2,200 millones de lempiras, supuestamente, por medio de instituciones como la Secretaria de Salud y la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) y otras, para el abastecimiento y creación de hospitales móviles, equipo médico, sacos solidarios, equipo de bioseguridad, medicamentos y gel antimaterial.

Sin embargo, brindar un informe sobre el control de gastos, no es suficiente para evidenciar la transparencia y legalidad en la inversión de los fondos destinados para la emergencia de la pandemia del COVID19 en el país, puesto que el gasto debe de verse reflejado en la realidad por medio de los hechos, pero constantemente, son muchos los hondureños que hacen sus denuncias a través de los medios de comunicación; la falta de alimentos y la irresponsabilidad de las alcaldías al distribuir las bolsas solidarias, así como el personal médico, exigiendo equipo de bioseguridad para atender a las personas contagiadas sin exponer y poner en riesgo totalmente sus vidas, esto simplemente, da  a conocer que no se han entregado los insumos comprados. 

Honduras, tiene uno de los presupuestos más elevados en Centroamérica, para hacerle frente a la pandemia, por lo tanto, la trasparencia, en cada transacción que involucre fondos públicos debe de ser un elemento fundamental, ya que está en juego la salud y el porvenir de millones de hondureños.

Es razonable, especular y dudar sobre la legalidad y el paradero real de estos fondos, puesto que, durante años el gobierno se ha encargado de ingeniárselas, bajo una amplia telaraña de corrupción, para extraer exorbitantes cantidades de dinero para el beneficio de los mismos que se encuentran en el poder. Lastimosamente la legitimidad y la transparencia, no son aspectos por los cuales se han caracterizado nuestras autoridades.

La cantidad de dinero que se requiere para preparar y fortalecer el sistema de salud, es realmente elevada, puesto que ha sido un área olvidada por el gobierno, así como otras más en el país, carece de muchos insumos, maquinaria, infraestructura.

Como medios de comunicación, debemos de tomarnos en serio, nuestro papel de fiscalizadores del poder, como dice en el libro “Honduras: Prensa, Poder y Democracia”. Dar seguimiento y velar que estos fondos públicos realmente se inviertan para lo que fueron destinados y no terminen en las cuentas bancarias personales.

 

 

 


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