martes, 19 de mayo de 2020

Una humanidad consciente



por: Gibelly Flores.

El panorama del mundo es un caos y la muerte observa constantemente desde el palco. No hablaré de cifras, ni de estadísticas, ni de probabilidades, ya que estas podrían estar cambiando en lo que escribo esto; así que, esta vez, escribiré sobre aquello que es imposible para los animales e intangible para el ser humano como la conciencia.

 Últimamente, he escuchado decir, que se acerca “el fin del mundo”, solo me imaginé a los que pasaron la peste negra o los que pasaron la primera y la segunda Guerra Mundial pensar en lo mismo, pero quizá, esté más cerca el fin de la humanidad, que el del mundo.

Este tiempo, nos debe de servir para reflexionar, en que el mundo no nos necesita, nosotros necesitamos a el mundo, nos ha bastado unos cuantos días de cuarentena para extrañar caminar por las calles, hacer las compras del super, tomar el transporte público, desayunar baleadas en la esquina o ir a beber el café de la cuatro después del trabajo, cosas  que en su momento presentaban una importancia insignificante en nuestras vidas, ahora son anhelos, más que el carro o casa,  el televisor o el teléfono  que habíamos  planeado comprar este año.

 Sin embargo, también podemos tomar conciencia de lo mucho que debemos de trabajar en nuestra relación con las personas con las vivimos en la casa, ya que los hogares de las familias hondureñas no se caracterizan principalmente por ser una “esfera de tranquilidad y serenidad”, lastimosamente, nuestra familia es con la que menos convivimos en nuestro día a día, así que justamente, tenemos este tiempo, para forjar lazos y apoyarnos en esta situación tan desalentadora.

 Creo que, si fuéramos consciente de lo efímera que puede ser nuestra existencia, aprovecharíamos el tiempo y lo invertiríamos en cosas realmente productivas y no tan banales, apreciaríamos a las personas que hacen que nuestro día tenga un poco más de sentido, amaríamos sin miedo y reiríamos sin taparnos la boca, nos preocuparíamos por cuidar de nuestra salud y la del planeta.

No deberíamos de necesitar catástrofes naturales, pandemias ni estar al borde de la muerte, para volvernos seres humanos consientes, tolerables y solidarios; tendría que bastar con el hecho de compartir el mismo espacio y vivir de los mismos recursos como el agua, el oxígeno, el sol, la noche y el amor.

En conclusión, lo único que tenemos seguro en esta vida es la muerte, sin duda, de ella nadie se va a escapar, debido a esto en importante reflexionar en las consecuencias positivas y negativas de nuestras acciones para llegar a tener una consciencia productiva de nuestro entorno, el mundo no necesita seres humanos egoístas, individualistas, intolerantes e indiferentes. Es momento, que seamos responsables y tomemos nuestra existencia en serio y darle a la vida sentido propio, aprender a “sembrar, para cosechar” para poder disfrutar del buen fruto, ya que no venimos al mundo a ser eternos o inmortales.


En casa

importancia de la educación sexual y salud emocional.

 Por: Gibelly Flores. 

El fin de semana pasado salí con una amiga a por un café, y en un punto de la conversación empezamos a hablar sobre nuestra infancia e incluso nuestras experiencias en diferentes contextos de la vida, y para mi sorpresa uno de esos contextos, fue que a la edad de sus 8 años, ella jugaba a mamá y papá con su tío de 22 años, y como se han de estar imaginando, él abusaba sexualmente de ella. Luego, que terminó de contarme, me dijo, que nunca lo miro malo, hasta que creció y entendió por lo que pasó.

Lastimosamente, esta es la situación no solo de mi amiga, sino de miles de niñas y mujeres en Honduras, que fueron abusadas por familiares, amigos, conocidos y que crecieron ignorando que estuvo mal, así como hay cientos de niñas siendo engañadas de la misma forma justo ahora en sus propias casas. Estos casos, son invisibilizados y silenciados, puesto que nunca llegan a manos de las autoridades pertinentes y solo se quedan, dentro del 3.26 por ciento del grupo demográfico femenino   de 0 a 17 años que sufrieron agresiones sexuales, esto quiere decir que por cada víctima que denuncia a su agresor, dos guardan silencio en cualquier rincón.

Por consecuente, ¿Creen que es justo callar?, ¿Cómo podemos evitar que nuestros hijos e hijas, amigas, hermanas, sobrinas pasen por esto?

Antes de dar respuesta, a las preguntas antes planteadas, debo aclarar que jamás será la culpa de la víctima, la gente no se viola sola, nadie desea, ni pide que abusen sexualmente de ellas. Dicho esto, como padres y madres deben empezar a ser desconfiados y meticulosos, y sobre todo deben de darle una salud sexual integra a sus hijos.

La educación sexual, no solo enmarca la interacción sexual segura, enfermedades y métodos anticonceptivos, como lo hacen ver las “charlas” dadas en los institutos. Una buena educación abarca, desde los cambios físicos, psicológicos, emocionales hasta los diferentes aspectos relacionados a la sexualidad, orientación e identidad de tu niño o niña. Los invito a que lean y se informen, para que puedan instruir y darle pautas a sus hijos para que puedan detectar cualquier tipo de abuso. Debemos quitarnos los prejuicios y tabúes que provoca hablar de estos temas. Así también, la salud emocional y una buena comunicación es fundamental, por lo que les aconsejo que, así como les pagan un pediatra, les paguen un psicólogo a sus hijos, no porque estén locos, sino porque crecerán conscientes de lo que como seres humanos son capaces de hacer y los peligros y situaciones en los que se verán expuestos y expuestas.

 Quizá, todo esto suene tedioso, costoso e incluso hasta incómodo para muchos de ustedes, pero les recordare que, hace 20 años mi amiga pensó que ser abusada sexualmente por su tío fue normal, porque a ella no le brindaron la confianza, ni la educación sexual integra para detectar que esa situación estaba mal. Muchos de ustedes, si pueden y tienen acceso a la información y los medios. Tengan muy presente esto, ayer fue Gibelly , Carla, Valeria, Juan, hoy es María, Raul, e incluso puede ser tu hijo o hija, porque no hace falta salir de fiesta, ir a la universidad, al instituto o en términos generales, salir a la calle para ser violentados, porque a veces duermes y llamas “amor” al agresor de tu hijo, a veces les llamas “papá” “abuelo” “tío” etc. No hace falta salir a la calle para ser silenciado, porque a veces el peligro y el agresor está en casa.


Encerrados


Permanecer encerrados en casa, se ha convertido en el día a día de los hondureños, debido a que el país enfrenta un virus pandémico que ha cobrado la vida de miles de personas en todo el mundo. Es una medida necesaria para evitar la propagación y el contagio masivo. Pero, pocos hablan de lo que involucra estar en confinamiento, el impacto que esto representa para un pueblo acostumbrado a salir de casa desde muy tempranas horas del día y regresar cuando el sol se esconde.

Un estudio llevado a cabo por investigadores de Reino Unido y recién publicado en la revista The Lance, nos dice que se “requiere que reduzcamos, en la medida de lo posible, los efectos negativos asociados con ella”. Es decir que tomemos en cuenta, el impacto psicológico y salud emocional que esta conlleva, como la depresión, el estrés agudo, la angustia, el insomnio, irritabilidad, poca concentración y deterioro de otras defensas cognitivas.

En Honduras, evidentemente la población sentirá ese mismo impacto y más si incluimos el hecho de que hay familias que viven de ingresos diarios y que hay una crisis de escases en el suministro de agua potable, así como la constante suspensión de la energía eléctrica en diferentes zonas del país, así que, el impacto será más significativo e incluso, la situación de la falta de recursos, como el agua y el poco abastecimiento de alimento influirá en la salud no solo mental, sino física de los hondureños.

Me consta, estar sintiendo los efectos de la cuarentena, el estrés me provoca alergia, la incertidumbre de la situación no produce más que angustia y como antes lo plantee la falta de agua es un punto crucial en la estabilidad de la casa, he notado mi propio deterioro en lo laboral y mi agotamiento emocional, a pesar de hacer lo recomendado como ejercitarme y tratar de distraerme en actividades artísticas y académicas.

Esto me lleva a pensar en aquellas personas que tienen un entorno intrafamiliar violento, en donde no hay posibilidades de distraerse con una actividad productiva o las personas que viven de la economía informal, con lo que recaudan a diario, o las que no tienen una casa digna para pasar el confinamiento.

No obstante, es entendible que Honduras no esperaba enfrentar esta situación, por lo que no nos preparamos física ni psicológicamente, para lo que implicaría este virus en el país. El gobierno, está implementando medidas económicas para tratar de suministrar alimentos básicos, pero ignora la parte de estabilidad emocional que una situación como esta requiere.

 En conclusión, probablemente la cuarentena se alargue, ya que La Organización Panamericana de la Salud pidió que se extendiera a 14 días más, porque la cantidad de contagiados sigue en aumento. Por ende, debemos tomar las medidas necesarias no solo para nuestro bienestar físico, sino también mental. Hemos sido un pueblo maltratado y abatido a lo largo de la historia por diferentes acontecimientos, pero a pesar de ello, somos un pueblo aguerrido, resistente, de calle y libertad.

 


Más allá de un conjunto de rostros

Por: Gibelly Flores.

 


La ternura del guerrero 

 

 

R

afael Gerardo Cáceres (62 años), conocido en el mundo artístico como “Rageca”, es escultor y muralista hondureño, egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes, en donde también ejerció como maestro por alrededor de 40 años, presenta una exposición artística de escultura llamada “Los Excéntricos”, la cual posee un total de treinta piezas, elaboradas con arcilla, terracota (tierra cocida), yeso, resina y látex. Esta exposición vendría siendo el segundo trabajo individual de Cáceres y ha sido expuesto en el Museo de la Identidad Nacional (MIN) y EL Centro de Arte y Cultura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (CAC-UNAH), cabe destacar que la mayoría de sus trabajos han sido en conjunto, por lo que sus obras han recorrido varios países de Latino América, Estados Unidos y Europa.  Sus obras se caracterizan por tener elementos llamativos y una gran influencia de la cultura hondureña.

“Los Excéntricos” es una exposición escultórica inspirada en la cultura y filosofía Maya, en la cual podemos encontrar diferentes elementos representativos de esta civilización, desde rasgos físicos, ya que se aprecia que el artista humanizó las piezas, tallándoles rostros. Asimismo, podemos encontrar detalles referentes a las creencias de los mayas, por ello destacan los colores, rojo (sangre), azul (agua), verde (naturaleza), amarillo (sol y maíz), estos elementos en la cultura maya eran venerados y por decirlo así sagrados, también, se pueden destacar referencias del Popol Vuh, que es uno de los escritos más importantes que se conserva de esta civilización,  destacando figuras como dioses y guerreros; que quienes han leído este libro entenderán mejor la referencia.

Siendo la civilización maya, una de las culturas predominantes originalmente en nuestro territorio, el artista también toma elementos de aportes teóricos de los mismos, como la teoría del Big Bang y las formas de comunicación, haciendo énfasis en el lenguaje, la educación cósmica y la inteligencia y actividades características de los mayas.

Otro de los elementos que podemos destacar de esta exposición es el mensaje social que algunas de las piezas tienen, como la importancia del constante aprendizaje, la fortaleza, el amor, el intelecto, el dolor del conocimiento y las diferentes dificultades de la vida, sin embargo, esto no es tan evidente sin la explicación y perspectiva del artista.

 “Los Excéntricos” a simple vista, sin ninguna base introductoria o conocimiento previo, es una exposición un tanto difícil de entender debido a su diversidad de mensajes y elementos que el artista quiso incorporar, muchas personas que no conocen la cultura maya, simplemente podrán detectar rostros con un aspecto mesoamericano, con astas de colores y formas peculiares.

No obstante, por ello el nombre, puesto que las piezas tienen formas poco comunes, y muy abstractas, esto lo podemos relacionar con la excentricidad de los mismos Mayas, al ver sus estructuras y esculturas. Asimismo, encontramos piezas que son solo “el capricho” del artista, es decir, no tienen un significado en concreto, ni una mayor relevancia que ser parte de la exposición.

La exposición de “Los Excéntricos”, va más allá de ser  un conjunto de rostros llamativos y formas peculiares , podemos decir que es una bomba de aspectos culturales y filosóficos de la cultura Maya, en donde se destaca el esfuerzo y la determinación del artista para incorporar todos estos elementos en cada una de las piezas, si bien, requiere de un poco de lectura y estudio previo poder interpretar estas piezas, es una de las formas en las que Rageca influye como artista y llama a la culturización de nuestros propios orígenes.


La corrupción no necesita tapabocas


La pandemia del COVID19, sigue avanzando en Honduras, cada día son más los casos de personas contagiadas y las muertes, así también, las denuncias de los ciudadanos a través de diversos medios de comunicación, en donde, personal médico ha expresado su inconformidad en cuanto a la falta de suministros, indumentaria médica y equipo de bioseguridad, cosas que ya deberían de haberse abastecido tomando en cuenta el millonario presupuesto aprobado por las autoridades.

Por estos hechos y por la terrible trayectoria de corrupción evidenciada a lo largo del prolongado mandato de Juan Hernández, es que se pone en duda, si los fondos asignados fueron, hasta el momento, utilizados para lo que realmente está establecido en el plan de emergencia.

Hasta ahora, el gobierno, ha gastado o invertido 2,200 millones de lempiras, supuestamente, por medio de instituciones como la Secretaria de Salud y la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) y otras, para el abastecimiento y creación de hospitales móviles, equipo médico, sacos solidarios, equipo de bioseguridad, medicamentos y gel antimaterial.

Sin embargo, brindar un informe sobre el control de gastos, no es suficiente para evidenciar la transparencia y legalidad en la inversión de los fondos destinados para la emergencia de la pandemia del COVID19 en el país, puesto que el gasto debe de verse reflejado en la realidad por medio de los hechos, pero constantemente, son muchos los hondureños que hacen sus denuncias a través de los medios de comunicación; la falta de alimentos y la irresponsabilidad de las alcaldías al distribuir las bolsas solidarias, así como el personal médico, exigiendo equipo de bioseguridad para atender a las personas contagiadas sin exponer y poner en riesgo totalmente sus vidas, esto simplemente, da  a conocer que no se han entregado los insumos comprados. 

Honduras, tiene uno de los presupuestos más elevados en Centroamérica, para hacerle frente a la pandemia, por lo tanto, la trasparencia, en cada transacción que involucre fondos públicos debe de ser un elemento fundamental, ya que está en juego la salud y el porvenir de millones de hondureños.

Es razonable, especular y dudar sobre la legalidad y el paradero real de estos fondos, puesto que, durante años el gobierno se ha encargado de ingeniárselas, bajo una amplia telaraña de corrupción, para extraer exorbitantes cantidades de dinero para el beneficio de los mismos que se encuentran en el poder. Lastimosamente la legitimidad y la transparencia, no son aspectos por los cuales se han caracterizado nuestras autoridades.

La cantidad de dinero que se requiere para preparar y fortalecer el sistema de salud, es realmente elevada, puesto que ha sido un área olvidada por el gobierno, así como otras más en el país, carece de muchos insumos, maquinaria, infraestructura.

Como medios de comunicación, debemos de tomarnos en serio, nuestro papel de fiscalizadores del poder, como dice en el libro “Honduras: Prensa, Poder y Democracia”. Dar seguimiento y velar que estos fondos públicos realmente se inviertan para lo que fueron destinados y no terminen en las cuentas bancarias personales.

 

 

 


En nuestras manos

  

 

 Con la entrada de pandemia del COVID 19 a Honduras, el gobierno de la república implementó medidas necesarias de seguridad con el fin de evitar la propagación del virus y salvaguardar la vida de los hondureños, sin embargo, estas no han sido acatadas por los ciudadanos, causando así el aumento y la muerte de personas contagiadas por el virus en el territorio nacional.  

Como una de las recientes medidas tomadas por las autoridades, fue la autorización a que la población circulara tres días a la semana (lunes, miércoles y viernes), en horarios específicos, según su número de identidad, esto para permitir que los hondureños se abastezcan de alimentos, gasolina y medicamentos.

Esta decisión, es cuestionada entre muchos ciudadanos, puesto que, para evitar el contagio del virus, el confinamiento domiciliario es una de las medidas más recomendada a nivel mundial y por ende el gobierno no debería de permitir la circulación en el país por ningún motivo, ya que el número de personas contagiadas sigue aumentado.

Por otra parte, las autoridades como parte de sus responsabilidades, deben de estar pendiente de las demás necesidades que tienen los hondureños, por lo tanto, para mantener el orden e impedir  que las personas salgan y se aglomeren en los bancos, supermercados, farmacias y gasolineras, el gobierno estableció esta decisión, con la cual se espera que tomando las medidas recomendadas salgan a realizar sus diligencias en los días que les corresponden y así evitar la propagación del virus.

Asimismo, el gobierno implementó la operación “Honduras Solidaria”, que consiste en la donación de una bolsa con comida equivalente para un mes  y así favorecer al sector de la población que no goza de los recursos suficientes para abastecerse de alimentos durante los días que se permanezca en aislamiento domiciliario obligatorio, ya que la mayoría de estas personas viven de los ingresos diarios recaudados de ventas ambulantes en los diferentes mercados o en otras actividades, como la recolección de materiales desechables y reciclables, las cuales el estado de toque de queda no les permite salir y por ende tampoco tener ingresos monetarios.

Las medidas de seguridad, como el toque de queda, son necesarias para frenar el aumento de los casos y muertes por el COVID19 en el país, se espera que los ciudadanos se encuentre mas conformes con las nuevas medidas establecidas por el ejecutivo, pero sobre todo, se espera que las tomen y las lleven a cabo con responsabilidad, respetando los días designados, los horarios y las condiciones bajo las cuales se les permite salir, estas son: el uso de mascarilla, guantes, gel anti-bacterial, una persona por carro, mantener la distancia de al menos un metro y medio y que salga solo la persona  que le corresponde según su último digito en su número de identidad.

La no expansión del virus depende de la responsabilidad de cada uno de nosotros, tomar conciencia sobre la gravedad de la situación, respetar las condiciones acordadas y mantener en su totalidad las recomendaciones, está en nuestras manos.

 

 

 

 

 


Dosis de realidad

     


Por: Gibelly Marbella Flores.

“Si no vendo no como” estas son las palabras de muchos comerciantes de varios mercados y vendedores ambulantes en la capital, que se ven afectados por el toque de queda y la cuarentena, ya que viven de la venta diaria de sus productos. La llegada turbulenta del COVID19 a Honduras, sin duda, está provocando un impacto económico en todo el país.

Hace unos días el presidente, Juan Hernández, mediante un medio de comunicación televisivo, decía que el impacto económico que se espera ver reflejado en el país será mayor al del Huracán Mitch, siendo así un panorama nada alentador para los hondureños. Los banqueros y franquicias internacionales, tiene un plan de riegos en estos casos y por ende no me preocupan, porque ellos rara vez salen perdiendo, solo dejaran de hacerse un poco más ricos.

Por otro lado, estamos nosotros, los que andamos a pie y trabajamos por hora, los que tenemos los sueños empeñados con un préstamo en el banco, los que no somos dueños y trabajamos lo ajeno, los que venden a diario para comer dos tiempos al día, los que tienen que estar en casa, pero aun así pagar el alquiler, a los que nos llega el salario retrasado pero el recibo de los impuesto anticipado y el resto de trabajadores que mantenemos el 70 % de la economía de este país, que sin duda somos y seremos  los más afectados con esta situación.

Vaciar las cuentas de ahorro de a poco, para subsistir parece ser, hasta ahora, la única alternativa que tenemos los hondureños en estos momentos, ya que la actividad laboral se mantiene paralizada en todas las áreas, obviamente, sin incluir las excepciones establecidas por el gobierno.

Sin embargo, las autoridades en conjunto con los órganos financieros nacionales, acordaron algunas medidas económicas, para que el sistema financiero privado tenga la liquidez para atender las necesidades de la población, como la reducción en la tasa de intereses. Así también, el gobierno, empezó con la “Operación solidaria” que beneficia a varias familias con bajos ingresos, al menos estas tendrán que comer en los próximos 15 días de una cuarentena que parece ser eterna.

Con la confirmación de más de cincuenta casos y una muerte por el COVID19, en el territorio nacional, es casi evidente que las medidas de cuarentena y toque de queda seguirán en pie durante más tiempo. Es preocupante, porque esto reduce significativamente la posibilidad de ingresos monetarios para muchos de nosotros, pero esta vez no buscaré un culpable, porque si nos ponemos a pensar un rato, en lo que significa la propagación del virus en el país, es algo espantoso, si en Italia, siendo un país de primer mundo, mueren cientos a diario, en Honduras las cifras podrán ser catastróficas, si no se toma conciencia de esto.

En conclusión, nuestra dosis de realidad es esta, economizar, racionar y priorizar es lo que debemos hacer, porque la situación no es favorable, y al parecer la meta será sobrevivir.

 

 

 


Galería


  



Francisca Ponce, te pide que te quedes en casa.


Grupos artisticos del centro de la Capital.



Vendedoras de tortillas en la Plaza los Dolores de centro de Tegucigalpa.




Esfuerzo y perseverancia.




Niños jugando en la Plaza los Dolores .



Joven músico 





Un ave nos mira fijamente.




Vendedor de semillas en el Paseo Liquidambar 



¿Leyendo la verdad?



El camino de todos los días 




El camino de todos los días, segunda parte.




Cuentos, Arte y Sonrisas 




Cuento Aventura, actividad artística de Centro de Arte y Cultura de la UNAH 



Puesto de periódicos en la UNAH 



Lustra botas 



Restos de antiguo Museo de Hombre en el centro de la capital


Paisaje Voraz




Museo de la Identidad Nacional




Decadas de trabajo 

lunes, 18 de mayo de 2020

Memorias del huracán Mitch

Historia: en octubre de 1998 entró a Honduras el tifón denominado el Mitch.

Estalin Irías: ‘’fue catastrófico, nos robó vidas, compatriotas, amigos, nos llevó casi la mayoría de infraestructura de nuestro país’’.

 

Tegucigalpa.

Después de 21 años del paso del huracán Mitch por el territorio nacional, solo quedan ruinas, vestigios y recuerdos lúgubres en las vidas de aquellos hondureños que vivieron en carne propia la magnitud devastadora de aquel ciclón tropical.

Entre ellos se encuentra, Estalin Irías, reportero gráfico del diario El Heraldo desde hace 26 años. Él, junto con un equipo de periodistas más, dieron cobertura a la trayectoria del fenómeno natural en el país.

Su rostro poco terso delata las innumerables vivencias por las que pasó, sin embargo, con su voz notoriamente apesarada y con una mirada cabizbaja, relata en especial, una de las experiencias que más le marcó la vida durante el huracán Mitch:

‘’Estábamos juntos en el barrio La Olla, era un edificio de ladrillo, eran unos billares, entonces nuestro compañero, Víctor Sauceda, se subió a la parte alta y recuerdo que en la mañana él puso una tabla. Yo llegué ahí donde él y le dije: ¿Víctor cómo está la situación? –no mira, me dice, yo aquí tengo un buen ángulo, porque estaba frente a la mora, - ándate por la parte de atrás porque allí se pueden fugar los reos-, me dice. Cuando yo voy con el agua en la cintura, levantando la cámara, hacia la izquierda escuche la explosión, cuando regreso, entre el agua, ya no estaba el edificio y sabía que se lo había llevado el Mitch a Víctor Sauceda, no hacía ni 10 minutos que lo había dejado ahí, yo había bajado del edificio’’.

Asimismo, Irías, expresó que se considera ‘’un hombre al que Dios guardó ‘’ y afortunado por haber sobrevivido a una de las catástrofes mas grandes en Honduras, la cual dejó a su paso miles de fallecidos, centenares de desaparecidos, hondureños damnificados y un sin número de pérdidas materiales.

Con una actitud voluntariosa y sencilla, el reportero gráfico, respondió las preguntas planteadas en una entrevista, cuya finalidad es mostrar el testimonio de uno de los muchos de hondureños que hoy tienen el privilegio de contarlo en nombre de aquellos compatriotas que no lograron ver un nuevo amanecer después de la tormenta.

 

1.    ¿Cómo estaba Honduras antes de la entrada del huracán?

Honduras era un país se había normalizado, estábamos bien en infraestructura, era un país tranquilo, estábamos no con una magnitud o esa experiencia con ese tipo de magnitud.

2.    ¿Dónde estaba usted cuando se dio alerta que iba a entrar el huracán Mitch?

Estábamos exactamente e n Tegucigalpa donde estaba ciencias forenses ahí era la morgue y estábamos a la expectativa de lo que podía pasar, pero si sabemos que estábamos en alerta, estábamos pendiente de los bomberos y de todo lo que se pasaba, cuando en horas de la tarde entro.

3.    ¿Cuál fue la mayor dificultad que tuvo que enfrentar al momento de cubrir este fenómeno?

La mayor dificultad fue la incomunicación, no había comunicación ni por ninguna vía terrestre, yo recuerdo que me mandaron a hacer un trabajo donde había una destrucción en el departamento de Olancho, pero abortaron la misión, en la madrugada salimos y nos regresamos porque la catástrofe, el Mitch había impactado tanto en Tegucigalpa que fue bastante duro para nosotros cubrir hechos, de amigos que estuvieron ahí que ahora ya no están.

4.    ¿Qué precauciones tomó para la cobertura del Mitch?

Casi no había porque usted donde iba había destrucción, había muertes, nosotros andábamos en nuestro propio riesgo, nos había seguridad.

5.    ¿Considera que las autoridades en aquel momento realizaron una buena administración de las ayudas que ingresaban al territorio?

Si, creo que sí. La administración del presidente en aquel entonces, Carlos Roberto Flores, fue bien transparente, fue una persona que impulso con hermosos mensajes de motivación, eso impacto tanto en la sociedad, los mensajes del expresidente Carlos R. Flores tanto en la prensa que fuimos positivos en esta destrucción que nos dejó una huella imborrable.

6.    ¿Qué fue lo que más le impactó durante dio cobertura al huracán Mitch?

Si claro, estábamos juntos en el barrio La Olla, era un edificio de ladrillo, eran unos billares, entonces nuestros compañeros Víctor Sauceda se subió a la parte alta y recuerdo que en la mañana él puso una tabla. Yo llegué ahí donde él y le dije: ¿Víctor cómo está la situación? –no mira, me dice, yo aquí tengo un buen ángulo; porque estaba frente a la mora, -y ándate por la parte de atrás porque allí se pueden fugar los reos, me dice. Cuando yo voy con el agua en la cintura, levantando la cámara, hacia la izquierda escuche la explosión, cuando regreso entre el agua, ya no estaba el edificio y sabía que se lo había llevado el Mitch a Víctor Sauceda, no hacía ni 10 minutos que lo había dejado ahí, yo había bajado del edificio.

7.    Durante toda su trayectoria ¿considera que ha vivido algo con mayor magnitud que este fenómeno?

Claro este fue un fenómeno, que ha sido imborrable, es una cosa que no lo vamos a borrar porque destrucción se llevó el acalde también, a don Cesar Castellanos, niños aterrados por muros, familias enteras, devastación, es una huella que no se puede borrar.

8.    ¿Honduras está preparado para otro fenómeno igual o peor que el Mitch?

Yo creo que no. Lo que, si nos encontró desprevenido, no sabíamos, nunca habíamos tenido una experiencia de esas y todavía se dan los fenómenos, fue algo inesperado, fue algo duro para todo el país.

9.    ¿Hay un gran cambio o un cambio leve en el territorio hondureño tras esta catástrofe?

Todavía hay secuelas, hay huellas de este Mitch y el país se está recuperando, fueron millones y millones en pérdidas, lo más importante, las vidas humanas. Pero si la gente no lo olvida. Nosotros como reporteros gráficos no olvidamos el drama, el trauma, las universidades llenas, albergando personas, los colegios, las escuelas, porque el Mitch se llevó todo

10.  Después de 21 años de esta tragedia, ¿cómo se siente personalmente al recordarlo?

Me siento un hombre al que Dios guardo, me siento afortunado porque si en Comayagüela estaba atrapado entre la basura y el lodo, se acaba de perder Víctor y yo atrapado ahí y los bomberos nos sacaron  y por el simple afán de buscar una noticia, buscar una buena foto, el fotógrafo no mide, el periodista no mide las consecuencias, porque él quiere llegar a donde la gente lo mira, uno quiere demostrar lo que está pasando y eso fue, todavía recuerdo personas a las que se las llevo el Mitch y fue bastante duro ver reos que se estaban saltando y agarrándose de las ramas de los árboles, después los sacaron y los llevaron al estadio por seguridad para llevarlos a Tamara. Era un caos, pero si los mensajes positivos que dio el presidente impactaron el mundo, esa administración no la voy a olvidar, impacto en mi vida como reportero y en el mundo y al ratito estaba México, Estados Unidos, de todos los países ayudando, reconstruyendo y levantando entre los escombros.


Un recorrido con pasos históricos

Cultura, arte.



El comité de Centros Culturales de Tegucigalpa y Comayagüela, ofrece al público, tres veces al año, un recorrido por todos los centros culturales de la capital.

 

Tegucigalpa. Bajo la frescura y calidez de la alborada, emprendí camino por las abandonadas avenidas de Comayagüela y las pintorescas calles de Tegucigalpa, en un recorrido que me llevó a las diferentes edificaciones que forman parte de nuestro patrimonio cultural.

 

El reloj daba las 10:00 de la mañana, cuando con María de los Ángeles, mi compañera de viaje, y junto a un peculiar grupo de personas, quienes llamaron mi atención porque entre ellos dialogaban en francés. Nos subimos a un autobús asignado para la “ruta A”, el cual nos trasladó del Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET) a los centros culturales ubicados en Comayagüela.

Durante el trayecto, un fétido olor a desperdicios y aguas residuales, nos dio la bienvenida al centro de la capital, donde observé el deterioro provocado por el paso del tiempo en las calles y áreas recreativas, como el parque Valle y el parque Herrera, dejando en evidencia el poco interés por parte de las autoridades en la conservación y su mantenimiento.

Pasadas las diez, el bus se estacionó en frente de nuestro primer destino, El MUA: Mujeres en la Artes, un pequeño edificio de dos pisos, con una fachada frontal de piedra y una angosta entrada, ubicado en el barrio la Plazuela.


Mujeres en las  Artes (MUA)

Al entrar, nos recibió una mujer de contextura robusta y de mediana edad, tenía ojos color verde como las hojas de un árbol en primavera y un amable tono de voz. Ella se encargó de darnos una prevé introducción de las exposiciones de artes plásticas mostradas en el lugar.

Posteriormente, con la ayuda de una muchacha, pudimos apreciar la exhibición “Huellas Resilientes” de la artista, Kathy Munguía, la cual se trata de como los seres humanos procesamos la muerte de personas importantes en nuestras vidas.

 Escribir un deseo en un listón de tela y dejarlo amarrado en la fachada del edificio, fue la última actividad que realizamos en el MUA, luego nos dirigimos a nuestra segunda parada.

 Las cenizas hechas arte

A las 11:20 de la mañana, llegamos a las ruinas de lo fue el Museo del Hombre Hondureño (MHH), el cual se quemó totalmente el 29 de noviembre del 2017. Actualmente, el artista, Adonay Navarro, utilizando los restos materiales del museo, creó una obra llamada “Paisaje Voraz”.

 

Restos del Museo del Hombre

Por la falta de techado, alcé mi vista y pude divisar un hermoso cielo azul y los rayos del sol cayendo sobre lo que quedó de la “casa de los amigos del país”, como históricamente se le conocía, a la vivienda de Ramon Rosa, la cual posteriormente se convirtió en el MHH.

 Entre los escombros, se pueden encontrar algunas páginas de los libros que formaban parte de la biblioteca especializada en arte, Reina Sofia. Las paredes resquebrajadas emiten un ambiente nostálgico y lúgubre, en donde al cerrar los ojos, pareciera escucharse el sonar de un antiguo piano de cola.

 Nos despedimos de aquel lugar, con la misma dinámica de pedir y escribir un deseo, para dejarlo atado a una escalera de caracol, que en sus mejores condiciones daba a un ático, en donde guardaban cosas para el mantenimiento del museo.

 Nuestra tercera parada, el Museo para la Identidad Nacional (MIN), fue el centro cultural más grande que visitamos, considerado como un lugar de gran valor histórico, arquitectónico y paisajista.

Museo de la Identidad Nacional (MIN)

 

Mi compañera y yo, comenzamos a sentir hambre, un indicativo para darnos cuenta que ya eran las 12:00 del mediodía, como no había donde comprar algo para disgustar, nos dispusimos a seguir el recorrido.

 Al ingresar, un vestíbulo no tan largo, en donde a mi izquierda estaba una elegante cafetería y a mi derecha una pequeña tienda de souvenirs(recuerdos), daba paso al resto de la estructura de estilo colonial. El diseño de un techo translucido permitía que la luz natural entrara e hiciera una armoniosa combinación con el color amarillo que predominaba en todo el lugar.

 Para el público, estaban disponibles nueve salas artísticas, en la cuales observamos una variedad de pinturas y esculturas de diferentes artistas. Aparte de las áreas de arte, estaban dos piezas dedicadas a la historia de Honduras, equipadas con material audiovisual y tecnologías táctiles y 3D.

Al terminar de ver todo, volvimos al lobby y mi estomago suplicaba por comida, con justa razón, puesto que ya eran las 1:30 de la tarde. Contra el tiempo, fuimos a comprar unas hamburguesas para menguar el hambre en el camino. Luego, nos subimos al autobús para regresar al CCET, ya que habíamos terminado de recorrer la “ruta A”.

 

El camino “B”

 

En esta segunda parte del recorrido, denominada la “ruta B”, visitamos los centros culturales ubicados en Tegucigalpa.

Como si volviéramos a comenzar, nos subimos al autobús asignado para esta travesía, con la única diferencia que íbamos con otro grupo diverso de personas, a mi parecer un tanto irritantes y bulliciosas.

Nuestra primera parada fue la Alianza Francesa en Tegucigalpa (AFT), un pequeño local, con un aspecto más contemporáneo, en comparación con las estructuras de siglos pasados en Comayagüela. Solo había una sala de exposición de artes plásticas y pintura de relieve. Al bajar unas escaleras, encontramos un mini mercado, donde vendían productos artesanales, como jabones, bisuterías y comidas típicas.


El tiempo pasó muy rápido y cuando menos acordamos, el reloj marcaba casi las 3:00 de la tarde. Rápidamente, salimos de la AFT y emprendimos camino hacia el Instituto Hondureño de Cultura Hispánica (IHCH).

 Un portón abierto de par en par, le permitió al autobús pasar a un amplio estacionamiento, era claro que ya habíamos llegado a nuestro destino. A simple vista, me pareció estar en una hacienda por el estilo de la casa y el amplio lugar donde nos parqueamos y la frescura que ofrecían los árboles alrededor.

 Por un sendero empedrado caminamos hasta llegar a la entrada del lugar. Era una sola y espaciosa sala, donde en sus paredes y bajo una luz tenue estaban expuestas varias pinturas de todos los tamaños y diferentes artistas, en algunas esquitas encontramos algunas esculturas y tallados de madera. Al acabar la secuencia de las obras artísticas, pasamos a un corredor tan extenso como el lugar donde el bus se parqueó, en este lugar también nos encontramos con un mini mercado, solo que con productos más diversos.

 Después, nos dirigimos a nuestra penúltima parada, Chiminike, un lugar de recreación para toda la familia (más para los niños), donde visitamos varias áreas con distintas temáticas, fue como volver a la infancia y sin duda, sigue siendo un lugar fascinante.

 Lastimosamente, no teníamos mucho tiempo para quedarnos, puesto que el recorrido ya estaba por terminar y para ese entonces eran las 4:30 de la tarde. Nos subimos nuevamente al bus, el cual nos llevó de regreso al CCET.

 Y como dicen por ahí, “todo termina donde empieza”, por ello, nuestra última meta, fue el Centro Cultural de España en Tegucigalpa, donde apreciamos una exhibición de fotografía “Mujeres que migran”, en honor a las feminas centroamericanas que por múltiples situaciones se ven en la obligación migrar a otros países, en especial a Estados Unidos.

 

De esta forma, en punto de las 5:00 de la tarde, culminó nuestra exhaustiva, interesante y muy colorida aventura por los centros culturales de la capital. Considero importante y necesario que todos los hondureños, nos informemos y familiaricemos con nuestra historia y cultura, nos pongamos en contacto con las diferentes expresiones artísticas y valoremos el talento de los muchos artífices que tenemos en nuestro país.

 Más allá del conocimiento adquirido, mis observaciones y descripciones plasmadas en este texto, me guardo para mí, las emociones y sentimientos que percibí de cada una de las obras que aprecié, sin duda, es una experiencia que volvería repetir. A través de arte, nos damos el lujo de “caminar con la cabeza y soñar con los pies” y que, aun así, todo siga teniendo sentido.


Una humanidad consciente

por: Gibelly Flores. El panorama del mundo es un caos y la muerte observa constantemente desde el palco. No hablaré de cifras, ni de estadís...