martes, 19 de mayo de 2020

En casa

importancia de la educación sexual y salud emocional.

 Por: Gibelly Flores. 

El fin de semana pasado salí con una amiga a por un café, y en un punto de la conversación empezamos a hablar sobre nuestra infancia e incluso nuestras experiencias en diferentes contextos de la vida, y para mi sorpresa uno de esos contextos, fue que a la edad de sus 8 años, ella jugaba a mamá y papá con su tío de 22 años, y como se han de estar imaginando, él abusaba sexualmente de ella. Luego, que terminó de contarme, me dijo, que nunca lo miro malo, hasta que creció y entendió por lo que pasó.

Lastimosamente, esta es la situación no solo de mi amiga, sino de miles de niñas y mujeres en Honduras, que fueron abusadas por familiares, amigos, conocidos y que crecieron ignorando que estuvo mal, así como hay cientos de niñas siendo engañadas de la misma forma justo ahora en sus propias casas. Estos casos, son invisibilizados y silenciados, puesto que nunca llegan a manos de las autoridades pertinentes y solo se quedan, dentro del 3.26 por ciento del grupo demográfico femenino   de 0 a 17 años que sufrieron agresiones sexuales, esto quiere decir que por cada víctima que denuncia a su agresor, dos guardan silencio en cualquier rincón.

Por consecuente, ¿Creen que es justo callar?, ¿Cómo podemos evitar que nuestros hijos e hijas, amigas, hermanas, sobrinas pasen por esto?

Antes de dar respuesta, a las preguntas antes planteadas, debo aclarar que jamás será la culpa de la víctima, la gente no se viola sola, nadie desea, ni pide que abusen sexualmente de ellas. Dicho esto, como padres y madres deben empezar a ser desconfiados y meticulosos, y sobre todo deben de darle una salud sexual integra a sus hijos.

La educación sexual, no solo enmarca la interacción sexual segura, enfermedades y métodos anticonceptivos, como lo hacen ver las “charlas” dadas en los institutos. Una buena educación abarca, desde los cambios físicos, psicológicos, emocionales hasta los diferentes aspectos relacionados a la sexualidad, orientación e identidad de tu niño o niña. Los invito a que lean y se informen, para que puedan instruir y darle pautas a sus hijos para que puedan detectar cualquier tipo de abuso. Debemos quitarnos los prejuicios y tabúes que provoca hablar de estos temas. Así también, la salud emocional y una buena comunicación es fundamental, por lo que les aconsejo que, así como les pagan un pediatra, les paguen un psicólogo a sus hijos, no porque estén locos, sino porque crecerán conscientes de lo que como seres humanos son capaces de hacer y los peligros y situaciones en los que se verán expuestos y expuestas.

 Quizá, todo esto suene tedioso, costoso e incluso hasta incómodo para muchos de ustedes, pero les recordare que, hace 20 años mi amiga pensó que ser abusada sexualmente por su tío fue normal, porque a ella no le brindaron la confianza, ni la educación sexual integra para detectar que esa situación estaba mal. Muchos de ustedes, si pueden y tienen acceso a la información y los medios. Tengan muy presente esto, ayer fue Gibelly , Carla, Valeria, Juan, hoy es María, Raul, e incluso puede ser tu hijo o hija, porque no hace falta salir de fiesta, ir a la universidad, al instituto o en términos generales, salir a la calle para ser violentados, porque a veces duermes y llamas “amor” al agresor de tu hijo, a veces les llamas “papá” “abuelo” “tío” etc. No hace falta salir a la calle para ser silenciado, porque a veces el peligro y el agresor está en casa.


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